Cuando pensamos en tabaco y nutrición lo primero que nos viene a la mente es el riesgo de aumentar de peso al dejar de fumar y qué se puede hacer para evitarlo. Pero hay un tema que aunque es menos comentado, es mucho más importante y por el cual vale la pena dejar de fumar aunque se ganen unos kilos
Está totalmente demostrado que fumar provoca todo tipo de enfermedades, des de cáncer hasta enfermedades cardiovasculares, por ejemplo. Pero en muchos casos la vía en que el tabaco y las substancias perjudiciales causan todos estos problemas es mediante la alteración de la dieta y la absorción, concentración en sangre y acción de varios nutrientes de nuestra dieta que actúan como protectores ante estas patologías.
Hay estudios suficientes que reflejan que la dieta de los fumadores es diferente respecto a la de los no fumadores. A mayor consumo de tabaco hay mayor alteración de hábitos alimentarios.
Mientras en los no fumadores hay mayor ingesta de frutas, cereales, productos lácteos, verduras y hortalizas ricas en vitamina c y betacarotenos, en fumadores hay mayor consumo de café y alcohol.
Si analizamos la dieta en relación a los macronutrientes, los fumadores consumen más grasas, tanto totales como de origen animal, saturada y colesterol y ingieren menos aceites vegetales, grasas poliinsaturadas, hidratos de carbono y fibra.
Por último, los fumadores suelen tomar menos suplementos y alimentos enriquecidos, por ejemplo, de nutrientes antioxidantes.
Esto ya marca unos patrones de alimentación que hacen que la ingesta de vitaminas y minerales en fumadores sea más baja. Pero incluso cuando la alimentación de un fumador es similar a la de un no fumador, los niveles en sangre de vitaminas y minerales de los primeros suelen ser inferiores a la de los segundos
Pero podemos diferenciar tres estadios o niveles diferentes en el déficit nutricional de vitaminas y macronutrientes:
- Primer estadio: Los tejidos corporales compensan el déficit de vitaminas y minerales de una ingesta escasa de ellos.
- Segundo estadio: Alteraciones metabólicas sin síntomas.
- Tercer estadio: Disminución grave con signos y síntomas claros. Muchas veces este estadio no se manifiesta hasta que concurre con una mayor demanda de vitaminas u oligoelementos causada por otros problemas de salud.
Pero antes de analizar que micronutrientes altera el tabaco hay que advertir que los suplementos alimentarios no son la solución e incluso pueden ser contraproducentes, por ejemplo, los suplementos de betacarotenos en fumadores aumentan la incidencia y mortalidad por cáncer del pulmón e infarto de miocardio. Por el contrario, en no fumadores, a mayor consumo de estos suplementos menor riesgo de canceres que también se relacionan con el consumo de tabaco.
La concentración de antioxidantes en fumadores y fumadores pasivos se ve disminuida por que el humo del tabaco aumenta el estrés oxidativo provocando un gasto mayor de antioxidantes como las vitaminas C, A, E, selenio, cobre, cinc, manganeso,…
Al no poder cubrir la necesidad de estos hay un aumento de radicales libres que provoca un aumento de la incidencia y gravedad de enfermedades como arterioesclerosis, cáncer y enfermedad pulmonar obstructiva crónica. A grandes rasgos podemos decir que el tabaco provoca:
- Disminuye la concentración de vitamina C, B y beta-carotenos.
- El cadmio del humo del tabaco disminuye la biodisponibilidad del selenio y antagoniza la acción del zinc
- Vitamina E, antioxidante lipófilo, puede disminuir hasta niveles subóptimos en los tejidos de fumadores
- Aparte de que por sí los fumadores consumen menos frutas y verduras ricas en vitamina C y carotenos.
Pero vayamos uno a uno a las moléculas que mas se ven alteradas:
Vitaminas B
La vitamina B12 participa en el proceso de eliminación del cianuro que penetra en nuestro organismo a través del humo del tabaco, pero el monóxido de Carbono que produce la combustión del tabaco reduce los niveles de vitamina B12 y a su vez la nicotina interfiere en la absorción de esta vitamina a alterar la actividad secretora del páncreas.
Esto provoca que los niveles de cianuro en plasma sean más elevados en fumadores y provoque una destrucción importante de otras vitaminas del grupo B (tiamina o B1, riboflavina o B2, B5 y ácido fólico o B9).
Al final, la carencia de estas vitaminas puede provocar des de anemia (déficit de ácido fólico y vitamina B12), lesiones en piel, mucosos y ojos (déficit de riboflavina), espina bífida, desprendimiento de placenta, aborto, diabetes o enfermedades cardiovasculares (déficit de ácido fólico) o fatiga, insomnio, depresión, irratibilidad, infecciones respiratorias (déficit de vitamina B5)
Vitamina C
La carencia de esta vitamina en los fumadores no es debido a una escasa ingesta, si no a alteraciones en el metabolismo por culpa del humo del tabaco que hace disminuir su concentración. Es decir, a mayor consumo de tabaco, menos vitamina C en el organismo.
Los niveles en plasma en fumadores son de un 30 a un 40% inferiores que en no fumadores, y aumenta con un mayor consumo de tabaco, los valores medios más bajos se encuentran en ancianos fumadores. También hay que destacar que los fumadores pasivos también registran niveles más bajos de esta substancia.
La vitamina C es un antioxidante muy importante que previene del cáncer, enfermedades cardiovasculares, de infecciones respiratorias, cambios de humor, la caída del cabello, sequedad de la piel, la fatiga crónica, los signos prematuros del envejecimiento y favorece el cierre de las heridas
Por otro lado, un consumo de vitamina C en exfumadores reduce sensiblemente el riesgo de padecer cáncer de boca y esófago.
Vitamina A y betacarotenos
El humo del tabaco disminuye la concentración de vitamina A. Antioxidante que protege las mutaciones del ADN y frena el envejecimiento celular. También mantiene la elasticidad de la piel y las mucosas a través del ácido retinoico y participa en la vista y en los procesos de proliferación y diferenciación celular.
El beta-caroteno, que es una fuente de vitamina A, también tienen una función de protección de las células de la piel contra los rayos del sol, antioxidantes y anti carcinogénica. Puede prevenir el cáncer, enfermedades cardiovasculares entre otras.
Selenio y otros minerales
El cadmio del tabaco baja la capacidad de absorción del Selenio y esto puede repercutir en su función como antioxidante, y aumentar las posibilidades de muerte súbita infantil, distrofia muscular, diátesis exudativa, atrofia pancreática, necrosis del hígado e infertilidad
Los fumadores tienen deficiencias en hierro y zinc. A más consumo de tabaco, menor concentración. Por ejemplo, las concentraciones de zinc bajan a partir de los 30 cigarrillos/dia. En cambio, la concentración de Cobre aumenta en fumadores.
Influencia del tabaquismo en la nutrición y su influencia en patologías
En resumidas cuentas, las alteraciones que provoca fumar en la nutrición pueden llegar a provocar:
Bajo peso al nacer y asma/patologías respiratorias en recién nacidos, niños y adolescentes tanto por tabaquismo pasivo como reducción de la función pulmonar.
Cataratas Por disminución de los efectos protectores de la vitamina C, E y selenio contra el estrés oxidativo provocado por el humo del tabaco en el cristalino.
Osteoporosis. El suplemento de vitaminas antoxidantes puede modificar el riesgo de fracturas de cadera en fumadores. Los fumadores pasaban de tener un 300% de riesgo de fractura a un 40% con suplementos de vitamina C y un 10% con vitamina E
Cáncer bucal y de esófago. Aquellas personas que aunque han dejado de fumar siguen siendo fumadores pasivos, si consumen vitamina C ven reducidos sensiblemente su riesgo de padecer cáncer de boca y esófago.
Ambliopia u ojo perezoso. Lo provoca el déficit de vitamina b12 y la toxicidad propia del tabaco. Para mejorar, se tiene que tratar con suplementos de vitamina B12
Se han observado alteraciones en la distribución de Zinc, Cobre, Cadmio y Plomo en el líquido amniótico, estos cambios están relacionados con el consumo de tabaco.
La disminución del glucógeno por culpa de la nicotina se puede relacionar con desordenes pulmonares en casos de muerte perinatal
La preeclampsia es más severa en embarazadas fumadoras
El humo del cigarro puede provocar deficiencias en el feto de oxigeno, vitamina C, cisteína y vitamina B12
Los lactantes como pueden absorber substancias del humo del tabaco a partir de la leche materna, provoca que ya a temprana edad descubran y saboreen el sabor del tabaco, y cuando lleguen a la vida adulta se les haga más agradable su sabor.
Tejido adiposo. Aunque fumar puede provocar una leve disminución del peso en jóvenes y en adultos de mediana edad, puede provocar una distribución alterada de los depósitos de grasa. Se acumulan antes en la cintura y abdomen que en las caderas por lo que la distribución de la grasa en mujeres suele parecerse al masculino por el efecto antiestrogénico de la nicotina.
Si quieres más información la puedes encontrar en este artículo del comité científico de la AESA, gracias al cual he podido hacer este post.
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