Des del punto de vista de la salud, las mismas sustancias que hay en el humo que aspira un fumador también están presentes en el humo que se libera al medio ambiente, pero están presentes en mayor cantidad. La cantidad de nicotina y alquitrán se multiplican por 3 y la de monóxido de carbono por 5, por ejemplo. Y afectan tanto a las personas como a nuestras mascotas y otros animales y la contaminación que provoca en el medio ambiente esta más que demostrada
El tabaco es una de los contaminantes más importantes que existen en el mundo y afectan tanto a los fumadores como a los que estan expuestos al humo del tabaco. Esto último lo llamamos tabaquismo pasivo y podemos diferenciar dos tipos diferentes segun la manera que las substancias tóxicas que contienen los cigarrillos llegan a ser absorvidos por nuestro organismo: De segunda y de tercera mano.
Tabaquismo de segunda y tercera mano
El tabaquismo de segunda mano es estar expuestos directamente al humo del tabaco en un ambiente cargado, por el contrario, el tabaquismo de tercera mano es cuando ese humo ya se ha disipado pero sus componentes aún permanecen en ese entorno
Aunque se ventile a fondo una habitación donde se haya fumado previamente, el humo del tabaco se acaba depositando en la ropa, muebles, paredes, piel, pelo,… y pueden perdurar allí durante semanas. Muchas de estas substancias, como las nitrosaminas, interaccionan con el ambiente y se transforman en otras que tienen mayor poder cancerígeno.
Un fumador pasivo tienen entre un 25 y un 35% más posibilidades de padecer un infarto respecto a una persona que no está expuesta al humo del tabaco. Porcentaje muy parecido al de padecer un cáncer de pulmón, que es alrededor de un 35% superior.
Pero el humo del tabaco puede afectar rápidamente a la salud de un fumador pasivo o persona no fumadora. Por ejemplo, antes de la ley antitabaco que prohibió fumar en los locales, ¿quien no ha vuelto a casa con los ojos rojos y llorosos por culpa del humo del cigarrillo? Otros síntomas leves pero muy molestos que podemos padecer por ser fumadores pasivos son la tos, la irritación nasal o aumento de la mucosidad.
Si se está mucho tiempo expuesto al humo del tabaco también pueden provocar más número de catarros, infecciones respiratorias, crisis asmáticas y a largo plazo EPOC.
¿Cómo evitar que nos afecte el humo del tabaco?
La única manera de evitar al máximo que nos afecte el humo del tabaco o cuando tocamos algún objeto impregnado con restos de las sustancias del cigarrillo es evitar que alguien fume en cualquier espacio cerrado.
Fumar en el balcón, la cocina o en una habitación donde no haya nadie no es eficaz por que el humo del tabaco es un gas y se distribuye por toda la casa de forma uniforme. Incluso en un estudio encontraron restos de sustancias del humo del tabaco en domicilios de no fumadores que eran contiguos a uno donde se fumaba.
Los bebés como fumadores pasivos
Pero aunque los fumadores eviten fumar en espacios cerrados como la casa o el coche, los niños y los bebes aún están en riesgo. Las sustancias perjudiciales del humo de tabaco se depositan en cualquier lugar ( desde la ropa, pelo, piel o juguetes) y permanecen allí durante semanas. Por eso cuando un niño juega en el suelo o en el sofá, si lo que tiene a su alrededor aún está impregnado por nicotina u otras sustancias del tabaco las puede absorber tanto a través de la piel como por la boca si chupa o muerde un juguete o cualquier otro objeto. Incluso esto podría pasar solo con sostener un bebe en brazos, si alguien, sea fumador o no, lleva ropa contaminada con humo del cigarrillo.
Por eso, los niños y los bebés son los fumadores pasivos más afectados por el humo del tabaco por diferentes razones. Se ha demostrado que los hijos de padres fumadores tienen más enfermedades respiratorias que los de no fumadores, incluso las tasas de asmáticos son superiores.
El humo del tabaco les afecta desde antes de nacer ya que aparte de los riesgos para la salud del feto si la madre fuma nos podemos encontrar con: bajo peso al nacer, parto prematuro, mayor riesgo de aborto,.. Si la pareja de la madre fuma delante de ella las mismas sustancias del tabaco que respira la madre llegan a la placenta afectando la salud de la futura criatura
Cuanto más joven es una persona su frecuencia respiratoria es mucho mayor, esto hace que en comparación, un bebé respire un volumen de aire contaminado mayor que el que respira un adulto y si a esto sumamos que su sistema inmune aun es inmaduro provoca que enfermen mucho más.
Cuando el tabaco también afecta a la naturaleza: Contaminación por colillas
Según la ONG Ocean Conservancy, en el 2017 el 13% de las basuras que se recogieron en playas y costas de todo el estado eran colillas. Estas provienen de la misma playa, enterradas en la arena, lanzadas alrededor de los ceniceros o arrastradas por la lluvia y viento, ya sea de relativamente cerca o a través de las cloacas.
En total, se ha calculado que cada año unos 4,5 trillones de colillas van a parar al suelo, contaminado cada una de ellas 10 litros de agua como mínimo y tardando hasta 12 años en degradarse. Durante todo este tiempo, se van lanzando tóxicos en el medio ambiente como nicotina, arsénico, cadmio, metales pesados, hidrocarburos o acetato de celulosa. Todo esto puede acabar en los intestinos de peces y otras especies animales y vegetales como moluscos, aves,.. y pasar a nuestro organismo cuándo nos alimentamos de ellos.
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