– Y ni así conseguiste dejar de fumar, ¿no? – Te interrumpe la mujer que como tú, está esperando cita en el ayuntamiento.
– Pues no, y mira que me ayudó la chica… pero no pude. Por eso no me veo con ganas de volverlo a intentar – te sinceras.
– Lástima…
– ¿Y tu marido? ¿Cómo dejo de fumar?
En ese momento se vuelve a abrir la puerta del despacho de enfrente y sale el chico que había entrado antes que vosotros aún habiendo llegado más tarde. Cómo cuando estabais esperando, ni os mira. Se limita a ponerse los auriculares a todo volumen y se aleja por el pasillo.
– Ahora sí me toca, ¿no? -le dice al funcionario.
– Si señora, ya puede pasar. Pilar Arbós, ¿verdad? – Y esa mujer asiente con la cabeza
– Bueno – dirigiéndose la mujer a ti – ha sido un placer charlar contigo, hasta otra.
– !Hasta otra! – y cuando esta en el umbral de la puerta se gira y te comenta – ¡Ah! Por cierto… mi marido lo dejó al quinto intento, después de muchas veces, probar medicación, recibir multitud de consejos, frustrase, enfadarse…
– ¿5 veces? Cuanta fuerza de voluntad.
– No es fuerza de voluntad, es tener un objetivo y ser constante. Y si fallas, pues a volverlo intentar.
– No sé… pero ya me ayudaron y no lo conseguí.
– Sí… además… creo que con la misma persona… tu cara me suena, creo que somos del mismo barrio y fuimos a la misma farmacia… por qué mi Joan dejó de fumar cuando recibió ayuda tanto de su enfermera como de esta chica, la descripción que me has dado coincide mucho.
– Ya, pero lo dicho, lo intenté ya…
– Dime una cosa… Si subes al examen de conducir y suspendes, ¿qué haces? ¿ Lo dejas estar o te vuelves a presentar las veces que hagan falta?
– Lo segundo, pero no me compares…
– Señora, ¿entra? -insiste el funcionario.
– Un momento que estoy hablando, después de lo que me has hecho esperar. ¿No ve que estamos hablando de algo importante? – le corta.
– Te lo digo por que mi marido decía lo mismo que tú y mi nieto, que es un loco de las matemáticas investigó y ¿sabes que descubrió? Pues que hay más menos hay las mismas posibilidades de dejar de fumar en cada intento que de sacarse el carnet a la primera. La única diferencia, es que con el carnet de conducir sí que entendemos que suspender no significa no poder conseguirlo en un futuro y en cambio eso nos cuenta de entender cuando queremos dejar de fumar.
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