Me gusta Fumar

Todos tenemos algún libro que desaparece de nuestra vista y luego un día, como por arte de magia, aparece ante nosotros todo lleno de polvo y con las hojas amarilleándose como si fuera un acto desesperado para hacerse notar y decirnos “¡¡¡EHH!!! ¡¡¡Qué alguien me lea por favor!!! ¡¡ No me quiero ir a la papelera sin que nadie me haya leído al menos una vez!! !! No quiero acabar así!!”

Así es cómo, varias semanas después de quedar con tu amigo, el libro que te regaló para dejar de fumar se vuelve a aparecer delante de ti; seguía en el mismo sitio dónde lo dejaste pero en todo este tiempo ni te has fijado en él, como si se hubiera vuelto invisible y ahora, de repente capta tu atención otra vez.

Te acercas, lo coges, sonríes con cara condescendiente recordando a tu amigo cuando te lo regaló, y te enciendes un cigarrillo. Le agradeces mucho el gesto, pero es que a ti 

“Te gusta fumar”

Al sentir este pensamiento, Santiago, una neurona del locus accumbens, que es el área de tu cerebro que se encarga de gestionar la sensación de placer, estalla en colera:

– Me gusta fumar, me gusta fumar! Anda ya! ¿Ramón, has escuchado lo que piensan desde  central de todo este lío?

– Claro que sí, esos solo perciben lo que les da la gana y luego pasa lo que pasa… que todos los pagamos de una forma u otra – responde Ramón otra neurona de otra sección del cerebro.

– Es que ya está bien de la misma canción… me gusta, me gusta – dice Santiago con voz burlona – Nos gustan muchas cosas! Tenemos una comida preferida, una canción preferida, el sexo…

– Preferido?

– Preferido no, bienvenido, El sexo es siempre bienvenido, eso siempre. Y eso si que produce placer, orgasmos de placer produce!

– Sí, y no por que produzca tanto placer queremos orgasmos a todas horas

– Bueno, querer querer…- intenta corregir Santiago.

– Quieres por que no tienes, pero una vez satisfecho quieres otro enseguida? Y así, un día y otro, y otro? Para toda la vida? Eh! Eh!

– Ya, ya… una cosa son los sueños eróticos y las películas, pero esta conducta es irreal, imposible y disfuncional, tienes razón

En ese momento Santiago se espanta ya que detecta la irritabilidad creciente de Ramón. No lo puede evitar, como neurona del locus coeuleus su función es segregar adrenalina ante cualquier señal de alarma. 

Después de años fumando, la dependencia a la nicotina que se ha creado en tu cerebro hace que cuando esta comienza a escasear, las neuronas de esta parte del cerebro comiencen a segregar esta hormona en una cantidad exagerada en comparación con un no fumador, creando el síndrome de abstinencia.

Está reacción es muy variable, tanto entre personas como en diferentes momentos y situaciones. Y hoy, aunque te acabas de tomar un cigarrillo, no puede evitar fumarte un segundo… no lo quieres, lo necesitas.

Una vez aspirado el humo del tabaco, la nicotina tarda solo siete segundos en llegar al cerebro. En todo este proceso Ramón es quien lo pasa mejor. Como neurona del locus accumbens, ante la estimulación de sus receptores nicotínicos por parte de la nicotina comienza a segregar dopamina que provoca una sensación placentera y de felicidad.

– Estas mejor Ramón? 

– Si, si… este subidón de dopamina me está sentando de puta madre… ahora a ver cuanto tiempo aguanto sin segregar adrenalina a mansalva – gimotea – Es que lo que estabamos hablando, joder! Tenemos nuestra comida preferida, pero no necesitamos comerlo cada día para desayunar, comer y cenar… acabariamos hartos! Tenemos nuestra canción preferida, pero no la escuchamos todos los días a todas horas… Ostia! Entonces que no me digan desde central que fumamos por que nos gusta. Cuando algo que nos gusta nos lo hacemos todos los días y varias veces esto no es gusto, es necesidad, es dependencia… por mucho placer momentáneo que pueda producir, no?

Pero claro, tu no eres consciente de esta conversación, a la central del pensamiento no le suelen llegar estas quejas y por eso, una vez saciado con tu segundo cigarrillo seguido lo mira y piensas:

Seria buena idea dejar de fumar! 

Vale, realmente fumo por necesidad, no por gusto pero es que soy incapaz de dejar de fumar.

Estoy saciado, y ahora desde la calma sigo diciendo que fumo por que me gusta, no porque tenga ninguna necesidad

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