Semanas después de quedar con tu amigo en el bar, volvéis a veros de nuevo. En medio de la conversación se acerca el camarero con las bebidas que habías pedido pero no ves ni rastro de las bravas…
– Lo siento pero no nos quedan bravas – te comenta antes que tú le puedas decir nada – Pero a cambio, os traigo estas patatas fritas. Regalo de la casa.
– Ostras… muchas gracias – no hacía falta que fueran gratis, pero te gusta el detalle. Te fijas en las patatas y te das cuenta que no son de marca, son las típicas patatas de bolsa que se venden a granel – Por curiosidad, ¿De qué marca son?
– Son Corominas.
– ¿ Corominas?
– Sí, Corominas, son de una empresa familiar de Badalona. Son un pelin aceitosas y tienen un punto de sal que les dan mucho sabor. Va por gustos, pero yo las prefiero a las de marca que no saben a nada. Pruébalas y dime si te gustan.
Coges una y como te comenta el camarero tiene un sabor muy bueno, aceitosas pero sin llegar a pringarte los dedos cosa que le daría un punto molesto, y el punto de sal potencia su sabor.
– Pues sí, son muy buenas – dices mientras coges otra.
– Gracias, ¿queréis algo más?
– Pues ahora que lo dices, una tapa de calamares no estaría mal…
– La madre que te parió, sabes que a mi los calamares no me gustan – te comenta tu amigo.
– Sí, lo sé… tu me insistes en que deje de fumar…. Yo me pido una de calamares – Le dices guiñándole un ojo – por que el otro día me regalaste un libro para dejar de fumar y hoy sigues insistiendo.
– Ya veo, ya… pues mira – dice girándose al camarero – traéme una tapa jamón para acompañar estas patatas.
– Una de calamares y otra de jamoncito… marchando!
El camarero se lo apunta y marcha hacia dentro del bar.
– ¿ Por dónde íbamos? – Te comenta tu amigo.
– Déjame pensar… que no te gustan los calamares, no?
– No, no me gustan los calamares y tu no me has dicho por que no quieres intentar dejar de fumar…
– ¿ Vuelves otra vez al tema?
– Sí, dime… ¿Qué hiciste con el libro que te regalé?
– Acumulando polvo en casa.
– ¡Ostras! ¿Ni te lo has leído?
– No, pero podía ser peor. Lo podría utilizar de cuña para una mesa que cojea… – Ries
– Ya, ¿pero me podrías decir por qué no intentas dejar de fumar?
Te pones por un momento serio, y sincerándote ante tu amigo, le dices.
. Mira… realmente no quiero dejar de fumar por que…